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Cuentos Homeopáticos

Última actualización el 20/octubre/2015

Versión extendida del artículo publicado en Ultra Noticias

Los practicantes de la “medicina” alternativa” defienden su postura, pues no son verdades, argumentando que la industria farmacéutica y los médicos estamos coludidos en un mundo de farsas, buscando únicamente el bien económico, disfrazado de salud. Los pacientes caen redonditos en sus patrañas, cuando el verdadero negocio está en las gotitas de agua vendidas como si fueran oro.

Un ejemplo ya muy viejo es el oscillococcinum, supuesta bacteria descubierta en los años 20 por el militar francés Joseph Roy, causante de la gripe española. Según Roy, la bacteria tenía un movimiento vibratorio peculiar, al que se le debe el nombre de “oscillococco”. Lo más increíble es que el francés logró ver una bacteria inexistente, pero eso sí, que provoca enfermedades a cuanto ser vivo existe en el planeta.

Si esto no fuese suficiente, Roy, siguiendo los principios de la homeopatía dedojo debido a que el oscillococcinum «provoca» tantos padecimientos inexistentes, es útil también para curarlos. Para ello decidió utilizar los órganos internos del pato almizclado, puesto que obviamente no pudo aislar una bacteria. Esta pobre ave es conocida en la cocina francesa como Pato de Barbería y Roy, tan poco científico como hasta ahora, no utilizó su nombre taxonómico(Cairina moschata) sino que solo latinizó el pseudónimo culinario: “Anas Barbarie, Hepatis et Cordis Extractum”. ¿Por qué el pato? Por que se le ocurrió, bien pudieron ser tripas de sapo.

Bien hasta este momento, hubiese quedado en la anécdota de un remedio ficticio y algunos incautos bebiendo agua, con hígado de pato ultra-mega-super-hiper-diluído, en base a los principios de Hahnemann. Ahora, los Laboratorios Boiron (sí, también en la homeopatía hay grandes emporios… ¿dónde queda el argumento de la contra la industria farmacéutica entonces?), utilizan la dilución en “potencia” de 200K. Esto significa que bajo el método de Semion Korsakov, se hecha el producto en un vaso, se agita, se tira el contenido y se vuelve a llenar de agua, para mezclar el líquido con las gotas que quedaron adheridas en el vaso… ¿Siempre queda lo mismo? En definitiva un método nada cuantitativo y repetible, muy homeopático diría yo, tanto que ni ellos se ponen de acuerdo en si equivale a 1/100 o 1/150 diluciones, pero como siempre en la homeopatía solo se les vende agua.

Pues bien, ese agüita, tan curativa como la que sale de nuestros grifos, le da a Boiron un ingreso de 20,000,000 de dólares anuales. Para ello, y pensando que si diluyen el hígado del pato, solo se necesitaría un pato al año y sobraría. Esto lo han denunciado varias personas como Simon Singh y Samuele Riva, pero este último generó tal polémica que Boiron ha decidido remitir al blog del italiano una carta exigiendo la retirada de las menciones de su empresa y sus productos y la revocación de los permisos de edición de Riva.

Pero ya sabemos, los pseudocientíficos nunca esgrimen ningún resultado científico que los avale. Según los datos que publica la multinacional, invierte al año en “investigación” aproximadamente el 1% de sus ventas, mientras que la industria farmacéutica se gasta entre el 15 y 20% de sus ingresos. En cambio debe de comprar cátedras en Universidades (caso de la U. de Zaragoza en España), o a dar patadas de ahogado con amenazas legales, tal es el caso que les cuento.

Ahora la tortilla se les volteó, el British Medical Journal, una de las revistas médicas más prestigiadas del mundo publicó una nota al respecto y con ello se incrementará la duda sobre la potencia con la que Boiron se ahorcó sola, además de ya contar con demandas en California (Caso A y B), precisamente por la falsedad de sus productos. Y es que ejemplos ya tenemos, el antes mencionado Simon Singh fue demandado por abogados de una quiropráctica británica, que con ello consiguió ponerse al borde de la desaparición.

Fuente: Amazings.es