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La Medicina Basada en el Trato Humano

Última actualización el 20/octubre/2015

Ciència i Caritat. Pablo Picasso. Barcelona 1897

Fue gracias a @pastanaga que conocí al doctor Carlos Matabuena, mejor conocido en Twitter como @CarlosMatabuena, inicialmente lo empecé a seguir por ser médico, porque además decía amar la tecnología, así que empezaba a sentirme identificado con él, pero de pronto me dí cuenta que compartíamos algo más, ambos buscámos en la Medicina el lado más humano, disfrutamos con la relación médico-paciente de forma más cercana. Me doy cuenta a través de su blog carlosmatabuena.com que busca eso, precisamente una Medicina más cercana al paciente, lleva tiempo sin actualizarse ese espacio (seguro como yo, quisieramos escribir a diario pero de pronto hay cosas que nos impiden hacerlo), pero es posible seguir sus comentarios en Twitter o en algunas otras publicaciones y en verdad, darme cuenta que la Medicina «humana» no ha perdido adeptos a lo largo del mundo, me hace tener esperanzas en este punto en el que siento se ha tecnificado demasiado la atención de los pacientes.

Ya comentaba antes, que el término usuario, para referirse a quien acude a un centro de salud, ya sea una clínica comuninataria o un hospital de alta especialidad, en lugar de paciente, me causa algo de escozor, es verdad también que el término de paciente resulta algo contradictorio, entiendo que surge de aquél que espera «paciente» la cura de su padecimiento, pero también es cierto que por más que queramos no siempre gozan, por razones obvias y comprensibles, de dicha virtud o característica, pero el llamarles usuarios, siento que convierte a la Medicina únicamente en un servicio y pierde todo el contexto humanitario, casi apostólico que tiene. Un riesgo, cierto es, de que se vea tan caritativo, es que la gente pocas veces comprende que los médicos también somos seres humanos, que tenemos necesidades, que comemos, tenemos familias que atender y mantener, nos cansamos, nos enfermamos, etc. pero al menos yo y sé que mi padre y otros como Carlos Matabuena, todavía guardamos ese sentimiento cuasi mágico del médico cercano al enfermo.

Al menos para mí, es sumamente gratificante sentir el aprecio de la gente, el abrazo que te da un paciente al salir del consultorio, a pesar de que tal vez no le diste la mejor de las noticias, el que te digan que eres un ángel (creas o no en ellos), el que te colmen de bendiciones (seas o no agnóstico), en fin, esos pequeños detalles, suplen muchas veces lo mal remunerado de la carrera, al menos en mi país a nivel institucional, pero veo con tristeza que muchos de mis compañeros no lo creen o no lo sienten así y muchísimo menos los burócratas encargados de las áreas de planeación en salud, en dónde buscan reducir los tiempos de consulta, con la finalidad de obtener mayor productividad como si esto hablara de mayor calidad en la atención, como ya decía en mi artículo previo, eso definitivamente no es un parámetro. (Aclaro que en este caso hablo en particular de otras instituciones y no en la que laboro, aunque sí entran en quienes piensan que a más pacientes mejor servicio).

Hablar de que el médico ve enfermos, también resulta algo complicado, pues solemos pensar que el galeno únicamente cura enfermedades, no alcanzamos muchas veces, inclusive los mismos galenos a concebir la función de prevenir, la de rehabilitar y mucho menos la de acompañar, esta última que a mí tanto me ha gustado y creo que de ahí mi gusto por las enfermedades crónicas y los pacientes ancianos. Resulta que cuando uno acompaña a su paciente, recibe más de lo que puede dar, es el paciente quien le enseña al médico y no el galeno quien atiende al enfermo.

Veo a veces con nostalgia, películas del pasado en el que el médico era visto como una persona importante en el pueblo, no porque quiera el reconocimiento, los aplausos o la admiración, sino porque en aquél entonces el médico realmente era cercano a su gente, hoy en día, lo que oímos de los doctores son quejas sobre sus costos, sobre lo mal qu los atendieron, etc. Muchas veces creo que injustificadamente, pues como menciono, también merecemos cobrar, ganar por nuestro trabajo, por el esfuerzo que realizamos día a día por mantenernos actualizados (ya hablaré en otra ocasión de esta otra parte que me fascina) y porque al igual que el paciente, somos seres humanos. Pero estoy seguro que si el médico no hubiera perdido y hablo en forma general, el sentido humanitario de la Medicina, si dejase de ver a la persona que tiene en frente como una enfermedad o un órgano y se diera tiempo de adentrarse en sus sentimientos y pensamientos, no solo sería mejor profesionista, sino que más fácilmente podría inclusive cobrar por ello y el paciente gustoso lo pagaría, como quien paga dinerales por un servicio más vanal que la salud misma.

Soy amante confeso de la tecnología, de los avances de la ciencia y de la computación, pero a veces no me gusta ver que los doctores ya solo ven a sus pacientes a través de un tomógrafo, saben de él por lo que leen en la computadora y si les preguntas por el color de sus ojos, a veces ni el oftalmólogo mismo puede decírtelo. Creo que la tecnología y las herramientas que nos brinda, debemos tomarlas como eso, como herramientas, me gusta el hecho del expediente electrónico y espero con ansias que en México se de ese paso que lleva detenido tanto tiempo por los legisladores para que se acepte como un medio de resguardo de la información y dejemos de tener que depender de computadoras y papel al mismo tiempo (para quienes no me entiendan, en mi país aunque ya se tiene el expediente electrónico, hay que imprimir todo, puesto que no es aún legalmente reconocido como un medio de resguardo de la información), pero le veo una dificultad, un pero, como todo en esta vida, el paciente siente en ocasiones lejano a su médico porque ve más el monitor de su computadora que su cara, he buscado formas, que creo han solucionado esta situación en mi consulta, pero porque en parte, afortunadamente, sigo gozando de «tiempo» para atenderlos, así que si les dedico un rato y luego volteo al monitor, no se sienten excluidos, además de que siempre les recalco la importancia de anotarlo todo.

En fin, parte de este espacio, como se habrá visto, será destinado a defender lo que para mí es vital en la Medicina, el trato humanista, que más allá del científico que llevo en mí, que exige pruebas de todo, que ama la Medicina Basada en la Evidencia, que reclama por estudios metodológicamente bien planteados, estoy convencido de que si el galeno a la hora de estar frente a su paciente, no logra ser humano y estar al nivel del enfermo, de nada sirve ninguna publicación, ninguna guía internacional o el método diagnóstico con mayor especifidad y sensibilidad demostrados.

Hablaré también de la Medicina Basada en la Evidencia, puntos que en el pasado de la Medtropoli.net eran muy importantes y dónde el doctor Rafael Bravo (@rafabravo) a sido un ejemplo desde que empecé con este proyecto, interrumpido muchas veces en 1999.